Ya era tarde, la cena se enfriaba. Henry no llegaba aun. Susann se levantó y camino hacia la sala. Se sentó en su sillon, su sillón habitual y empezó a tejer. ya se habia transformado en costumbre, hacia ya varias noches que no veia a su marido. Ella sabia que lo habian ascendido y que debia conservar su puesto, pero aquello le parecia demasiado.
Se hicieron las doce. Terminó los ultimos puntos y guardó las agujas, subio las escaleras hacia la habitacion. Contempló el cielo a travez de la lucarna. La luna la miro con su luz metalica, una luz azulada, fria, que acariciaba sus lagrimas. Se metio en la cama, sola, al poco tiempo cedio al sueño. Tuvo el mismo sueño que de costumbre, Henry conducia su ford, un ford negro, salvaje y autentico como lo solía llamar, le habia cambiado el motor, agregado unos de caballos de fuerza, cambiado el tapizado, la carroceria; lo único que quedaba autentico de él era el esqueleto.Su marido volvía, volvia con ella, cenaban juntos, salian de paseo, caminaban de la mano, se amaban. Se despertó sintiendo una coquilla en la mejilla, no queria llorar, se la quito rapidamente. se levantó y caminó al baño. La tapa del inodoro estaba levantada, de seguro no me quiso levantar- se dijo-, siguio su camino hacia la cocina, tambien habia dejado sus platos del desayuno y la mesada hecha un desastre. No quiso limpiarlo, miro con cierta melancolia la taza con la marca de sus labios.. lo extrañaba.. tampoco quiso ir a por el periodico, era su costumbre. Se preparó un café y unos huevos, prendió las noticias, las apagó enseguida, ¿para qué amargarse? Se acercó a la ventana, vio a unos niños del vecindario. Henry y ella habian pensado en tener niños, principalmente un varón, pero con la llegada del sobrino sus expectativas e ideales cayeron a pique. El decidio esperar, pero ella no queria renunciar del todo. Reconoció a uno de los chiquillos, David York, el menor de los hijos de la casa de enfrente. Bonita casa, mucho muy grande para la familia que la habitaba, era por lejos la casa mas lujosa y espaciosa del vecindario. De recien casados ellos habian pensado en comprarla, pero decidieron esperar antes de hacer las mudanzas. La espera resultó ser un descuido, a la semana ya habia un camion en la puerta descargando mobiliarios enteros.
Giro la vista al salón. Deberíamos pintar la sala, ¿no es así cariño? totalmente vida mia, esta habitacion está hecha un cuarto funebre, deberiamos ponerle unos tonos mas alegres, ¿no te parece? Si si, exactamente, que tal un rojo cadmio en aquella pared? no, no, muy llamtivo, asustaria a los visitantes.. que tal un verde inglés? un verde inglés .. me parece una buena idea..una buena idea.. Su voz entre sollozos resono entre las ventanas del hambiente. cómo echaba de menos a su amado!
Se puso a recordar antiguos momentos, como su primer dia de casados; planes, proyectos, risas, alegria, frescura, pasion, todo eso se habia perdido con la rutina. Ella confinada todo el dia en la casa y el en su cubiculo. Sin embargo ella lo seguia amando.
El ruido del timbre interrumpió sus pensamientos. ¿Quien podría ser?
"- Señora Hawkins, ¿se encuentra usted bien?- una voz aguda, infantil la hizo mirar hacia abajo.
- ¿Porqué habira de encontrarme mal david? ¿qué sucede?
- Em.. nada señora.. es solo que mi mamá se estaba preguntando si no queria venir a cenar con nosotros esta noche.
- ¡Si vieras que no puedo, niño! ¡Una lastima! ¡Tengo que esperar a henry!"
El niño bajo la cabeza, le agradecio por su tiempo y se retiró. Se tropezó con una pila de periodicos al lado de las macetas, no dijo nada y corrio hacia su casa.
Ninguno de los york jamas la habian invitado a cenar cuando estaba con Henry.. quizá el los intimidaba.. pero.. era extraño.. el niño le habia pedido a ella de ir a cenar.. ¿porqué?
1 personas aburridas aportaron su opinión.:
alto diseño guilliiiii!! ;);)
love ya
Publicar un comentario