El Primer Genocidio conocido, ¿Impune?
Por Tulio Miguel Balones, de Historia Social de Latinoamérica (1998)
Profesor de Historia Latinoamericana en
El Descubrimiento europeo de lo que ellos llamaron “El Nuevo Mundo” trajo para los conquistadores riquezas en cantidades inimaginables, pero tuvo un precio. Un precio que no pagaron ni los colonos, ni los mismos monarcas que respaldaron las travesías, un precio que se pagó con la vida y con el sufrimiento de los habitantes nativos, de los verdaderos propietarios de las tierras, de los auténticos americanos.
Colón había quedado deslumbrado por la variedad, colores y trasparencia de las aguas que encontró en el Caribe, por el paisaje verde y la eterna primavera que relata en sus cartas a
América era el vasto imperio de redención indígena, justificada con la fanática misión colombina contra la herejía de los nativos. Esta misión se confundió inevitablemente con la fiebre que desataba en los colonos el brillo de los tesoros de este Nuevo Continente, como bien escribe Bernal Díaz del Castillo, soldado de Hernán Cortés, diciendo que llegaron a América no sólo “por servir a Dios y a Su Majestad”, sino también “por haber riquezas”.
Estos aborígenes no opusieron resistencia alguna ante la sed europea de oro y de poder. Tampoco tenían herramientas como para resistir la invasión. Si bien entre la variada gama de tribus nativas había caníbales y salvajes de
Aquella violenta marea de codicia se estima que le quitó la vida a más de 65 millones de indígenas, más de 9 décimos de la población aborigen de la época, reduciendo a una cifra ínfima la población total de aborígenes. Morían a filo de espada, en las minas o trabajos esclavos, o contagiados de enfermedades traídas por los europeos como la gripe y el sarampión. Se asume que se extrajeron más de 185 mil kilos de oro y 35 millones de libras de plata pura de las minas sudamericanas. ¿Acaso quieren más números? Se ha calculado que un 95% de la población total de América murió en los primeros 150 años después de la llegada de Colón y que la población en México disminuyó de 25 millones de habitantes en
Analizando detenidamente todas estas cifras podemos llegar a afirmar que este descubrimiento, provechoso para unos pocos, fatal para una mayoría en desventaja, fue el primer genocidio del que se tiene registro en Latinoamérica, eliminando a toda una nación indígena, a su población junto con sus credos, sus culturas y sus lenguajes. Ejemplos no faltan; claramente podemos ver los templos aztecas transformados en iglesias por los “evangelizadores”, las ciudades arrasadas como Tenochtitlán, capital del imperio azteca y la destrucción total del Templo del Sol en Cuzco por Francisco Pizarro entre otros.
Sin embargo, no se puede evitar pensar que religiosos tales como Fray Bartolomé de las Casas, testigo ocular de los hechos, y Antonio Montesinos pensaron distinto. Ellos defendieron a los aztecas y mayas ante la mano dura y desmedida de los enviados de
Actualmente se sigue oyendo de movimientos aborígenes contra el hombre blanco, como por ejemplo, los de la tribu Mapuche en
También se ven críticas a la festividad del 12 de octubre de 1492 por los descendientes de los habitantes originarios, recordando que aquel día empezó una era de injusticias y de desigualdad para la comunidad aborigen, en contraposición a los que defienden vividamente la conquista y que se respaldan en que hablar de genocidio para referirse a la actitud que los españoles adoptaron con los nativos americanos es un error de conocimiento histórico y que un genocidio implica la voluntad de acabar con un pueblo borrando su rastro sobre la tierra, y hablando de intereses, aquello estaría muy lejos de los objetivos de la Corona española en América. Ya sea por acción o por omisión, Esta misma no hizo nada para, por lo menos, detener, controlar y/o revertir este genocidio o serie de injusticias.
chupenlá si no les gusta! yo soy una persona felííííííz!
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Muy bueno realmente!!! Te felicito Guich, en cuanto a los que te dicen Zurdita,es facil, en primera instancia esta bien loq eu decis vos, de que sos una mente en cultivo, aun asi lo somos toda la vida, uno nunca deja de aprender cosas nuevas y de modificar su paradigma de pensamiento social, lo importante no es encasillarse en esos preconceptos baratos como el de zurdito, lo importante es tner conciencia social y no callarse por nada del mundo, sustentar ideales propios y no los de un regimen establecido, en definitiva ser uno mismo, y si en el proceso de defender los ideales propios por asemejacion alguien nos cataloga de algun modo ese es problema del catalogador y no del catalogado.
Te mando un abrazo grande te quiero che!
PD: estos dias le estuve dando duro y parejo a las entradas de tu bog jajaja
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